viernes, 29 de junio de 2018

A MODO DE PRESENTACIÓN PARA QUIEN SEA, SI LO HUBIERE...

Me llamo Gerardo. No creo que internet sea panacea alguna para la comunicación. Sí, como posibilidad de expresión para muchos... No ciertamente para muchísimos, los más importantes, los últimos, los que no tienen electricidad, ni aparatos, ni saben leer... Yo, en esta parte del mundo y con mis circunstancias particulares, parece que sí puedo expresarme. La comunicación de lo expresado es otro cantar: obviamente hablamos de un artefacto que está sobre-saturado hasta el infinito.
No es cosa mía entonces el provocar esa comunicación. Con varios libros escritos y alguna publicación modesta sobre papel, opto por esta vía ahora y dejo en manos de Dios el posible fruto o la ausencia de fruto. Porque soy cristiano.
El blog -uno más entre millones- se llama disidencia. No pretende ser ninguna petulancia: en el mundo democrático de capitalismo desarrollado la disidencia ha sido engullida mediante la tolerancia; es decir, es tal la doma colectiva, tal la "felicidad" consecuente de los domados, que no pueden ni quieren imaginar otros parámetros. Escaldados por las experiencias dolorosas y fallidas que han supuesto las supuestas alternativas, tanto los que protestan como los que no lo hacen, o los que se revuelven contra concreciones y hechos por motivos dispares entre sí, y los que aprueban tal o cual medida, ley, o lo que sea, prácticamente todos... se mueven dentro de los horizontes de "lo que hay". La disidencia entonces es una moda, un ejemplo de la tolerancia del sistema. No hay apenas persecución, se puede decir casi todo. Se pueden denunciar genocidios, crímenes de Estado, corruptelas esenciales al sistema. Se pueden hacer películas sobre ello... Como en 1984 de Orwell, cuando crees haber encontrado literatura disidente, resulta que tiene origen en el propio Gran Hermano. Crees que la exposición de ideas disidentes puede hacer tambalear algo, y resulta que al poder no sólo le importa un rábano sino que, si se tercia, pueden darle a uno un premio a la solidaridad o algo así.
Y sin embargo... pongámonos en el terreno de las hipótesis: si una pequeña semilla creciera de verdad; si muchas almas disidentes que confían en la Providencia y no en sus supuestas fuerzas o estrategias, actuaran como tales... es decir, si la economía y las estructuras jurídicas de este mundo sufrieran el embate de verdaderos y notables boicots, si grupos de alegres conspiradores que rezan y aman se reunieran aquí y allá para conspirar de verdad... Si con visibilidad suficiente hubiera gentes que marcharan realmente contra corriente y poblaran cárceles de cantos y oraciones, y lograran cerrar empresas y crearan redes clandestinas para ayudar a los nuevos fugitivos de hoy, los llamados ilegales... Y tantas cosas...
Sin petulancia, con la seguridad de no ser leído apenas, con la certeza de ser comprendido escasamente por alguien, comienzo este blog a la una y media de la madrugada del 30 de junio de 2018 para colaborar en la medida que pueda en el crecimiento de un movimiento que ya existe en las reflexiones de algunos, en las inquietudes de algunos otros, y que debe llevar, un día, a que multitudes desarmadas que se dejen agredir con los corazones tensos por el amor de Dios, asalten fábricas de armas, derriben físicamente las murallas anti-pobres, ocupen carnicerías abortistas, abran brechas literales en centros de detención, introduzcan a hermanos sin techo en los despachos de los banqueros, y en fin, protagonicen gestos revolucionarios, símbolos y realidades a la vez, que hablen a las gentes de la dignidad sobrenatural de todo ser humano y del valor de las criaturas, de todo lo bello que Dios nos ha revelado y que exige una verdadera revolución, esto es, la demolición de las bases espirituales, sociales, jurídicas,estructurales, de esta sociedad. Subversión y derrumbamiento del orden vigente mientras en el propio tejido social se conjuga la lucha no violenta con la creación de espacios alternativos. Esto exige mucha humildad: ninguno la tenemos, todos la podemos implorar.
Este tipo de "manifiestos" provocan burla. Lo sé. A otros, les acentúa el desánimo... Los pocos inquietos que pululan por ahí se sienten solos y estériles, en peligro de amarguras y desconfianzas, en peligro de terminar viéndose el ombligo para vivir en lamentos o, peor, para separarse orgullosamente de las gentes. Cuando Elías era perseguido por el poder, nos narra la Escritura, se sintió abatido: nadie escucha, estoy solo y quieren matarme, le dice a Dios. Pero Dios le contesta con algo sorprendente: tengo a siete mil que no han doblado su rodilla ante Baal... Un resto, una dispersión, una semilla de rebeldía frente a ese poder omnímodo que modela los espíritus.
Los artículos, articulillos, comentarios, o lo que sea me venga al corazón y la mente para compartir, probablemente no estén a la altura de esta pretensión. Mi intención, no obstante, es que se entiendan a modo de miembros de un organismo: pueden versar sobre algún acontecimiento muy concreto, pero sólo se pueden entender de verdad según esta pretensión total: propagar un espíritu de real disidencia. Otras aportaciones pueden ser más abstractas, o centrarse sobre alguna referencia histórica o literaria... Todo concurrirá a lo mismo: colaborar, con la gracia de Dios, a la forja de creyentes rebeldes. Con la suficiente veracidad al respecto como para que el día de mañana puedan ser fichados por la pasma a causa de alguna picia escandalosa. En estricta no violencia por convicción, no por estrategia ni debilidad. Mañana, si Dios quiere, comienzan los artículos. Chao



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